PARQUE NATURAL DE PEGO-OLIVA
LA FONT SALADA
El conseller de la Consellería de Medio Ambiente de la Comunidad Valenciana, Fernando MODREGO que, junto al alcalde de Oliva podemos considerarlos, en base a unos supuestos informes técnicos no fiables, responsables de las alteraciones que se llevan a cabo en el manantial conocido como "La Font Salada", dentro del Parque Natural de Pego-Oliva.
Un manantial que emana agua salada dentro del Parque Natural de Pego-Oliva, La Font Salada, donde ha sido descrita la presencia de dos especies amenazadas, el samaruc (Valencia hispanica) y la aguja de río (Singnathus abaster), es alterado con maquinaria pesada por una empresa contratada por el Ayuntamiento de Oliva, con el consentimiento de la Consellería de Medio Ambiente (la cual debería velar por la conservación de nuestros ecosistemas), que amparada por el silencio del presidente del Gobierno Valenciano, Eduardo Zaplana, actúa sin publicitar los estudios técnicos serios y rigurosos que aconsejen estas actuaciones. Hasta la fecha, ni el presidente del Gobierno Valenciano, señor Zaplana, ni el conseller Modrego, se ha dignado facilitar los informes que se les solicitan relacionados con estas obras que alteran al medio ambiente en el recientemente constituido Parque Natural de Pego-Oliva.
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Intervención de las máquinas el 23 de septiembre de 1999
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El 23 de septiembre de 1999, el
C.A.E. DENUNCIA
Ante el cuartel de la Guardia Civil de Oliva (Valencia), las obras agresivas que se están realizando en la Font Salada, supuestamente ilegales por no disponer de los informes pertinentes de viabilidad, así como por carecer del preceptivo Informe de Impacto Ambiental.
Enhorabuena a los "Lumbreras" de la Conselleria de Medio Ambiente que han permitido la alteración de un hábitat de incalculable valor en el Parque Natural de Pego-Oliva.
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| La Font Sala de Pego en Abril de1989 | La Font Sala del Parque Natural de Pego-Oliva (Valencia) el 4 de Octubre de 2011 |
La actuación llevada a cabo con la permisibilidad del organismo medioambiental (Consellería de Medio Ambiente de la Generalitat Valenciana), ha provocado que la fauna acuática sufra un descenso hasta el punto que ya no se observan la mayoría de especies que se localizaban fácilmente.
Como ejemplo valga un artículo que se publicó en 1983 en la revista AQUAMAR donde consideraba a la aguja de río como una especie relativamente abundante y hoy resulta sumamente difícil, imposible de observar, por cuanto al parecer es desaparecida probablemente por la alteración del hábitat como se evidencia, ya que requiere, entre otras, una vegetación acuática que ha sido eliminada.
